sábado, 20 de agosto de 2011

El viaje, la experiencia, el poema: Lanzarote




Acabo de pasar una semana en Lanzarote. Antes de viajar pude leer el siguiente poema de Rafael-José Díaz, aparecido en la reciente antología de Luis Antonio de Villena La inteligencia y el hacha (Un panorama de la Generación poética de 2000) (Madrid, Visor, 2010). Tras mi visita a la isla vuelvo a leer el poema de Rafael-José Díaz y ahora el poema es otro: mi experiencia hace que pueda disfrutar también de mi recuerdo reciente. El poema ha adquirido para mí la potencia de un paisaje sobrecogedor como quien extiende a la muerte una alfombra volcánica.



LANZAROTE


Una luz excesiva
para pensar la muerte.

Poca sombra bajo árboles
casi ya doblegados.

Nadie con quien hablar
salvo algún extranjero.

Y aun así, francamente,
poco tiempo, apenas.

No es la isla soñada
por poetas, pintores.

La saliva se gasta
aquí en mendicidades.

Desmenuzo unas sílabas
para el sol en mi boca.

Clausurados, los cráteres
son ya sólo jorobas.

Se desgarran los vientres
del viento entre los muros.

Vale más alejarse,
no volver sino en sueños.


Rafael-José Díaz
(Inédito, en La inteligencia y el hacha)



2 comentarios:

Rafael-José Díaz dijo...

Amigo Daniel: acabo de encontrar en tu blog estas notas sobre tu viaje a Lanzarote y sobre mi poema. Te agradezco la referencia. El poema lo escribí hace ya años, en un viaje solitario, y surgió a partir de una caminata nocturna por los alrededores de Yaiza (en el sur de la isla). En algún viaje posterior (pues uno siempre vuelve) las impresiones fueron más positivas: siempre hay una de cal y otra de arena. De nuevo gracias y un cordial saludo. Rafael-José Díaz

Daniel G. F. dijo...

Muchas gracias, Rafael-José, por participar y enriquecer con tu comentario esta entrada sobre mi viaje y tu poema. Magnífico, por cierto. Realmente, el misterio de Lanzarote creo que tiene mucho que ver con el misterio de la poesía y de la muerte como reflejas en el poema. De nuevo, muchas gracias, amigo, y un afectuoso saludo.